Contexto histórico

La introducción del juego coincidió con la Plena Edad Media, el inicio de la baja edad media y etapa previa a la crisis del siglo XIV. Entonces se dieron los últimos y más destacados periodos medievales de renacimiento, destacando por la influencia en el ajedrez principalmente el renacimiento otoniano (continuación del carolingio), y el pre-renacimiento gótico del siglo XII, que trajo la revitalización del comercio, la aparición de la burguesía y la consolidación de los reinos cristianos. El periodo se interrumpió en el siglo XIV por la epidemia de la Peste Negra.

La expansión del Shatranj por la Europa occidental es arqueológicamente presente en varios lugares. En el siglo X las piezas de lujo son sobre todo de cristal, de manufactura musulmana, y las más sencillas, de hueso. Empezando en el siglo XI, las piezas vuelven a tomar forma figurativa, como la habían tenido en Persia antes de la dominación musulmana. En el siglo XII empiezan a ser habituales las piezas figurativas, pero todavía compartiendo espacio con piezas de marfil simbólicas abstractas que ahora incorporan grabados, a veces decorativos, pero la tendencia es representar el significado de la pieza. Así, en el siglo XIII prácticamente desaparecen las piezas simbólicas características del Shatranj islámico, todavía presentes en Europa hasta finales del siglo XIV.

En la Baja Edad Media, y después de superar la crisis por la Peste Negra en el siglo XIV, la reforma del juego en el siglo XV coincidirá con la aparición de los ricos comerciantes y el alta burguesía, los mecenas y el preludio del Renacimiento. La nobleza pierde importancia en favor del rey y los cortesanos, de forma que pronto el conocimiento del juego es parte de los conocimientos que se requieren en un cortesano, emulando las indicaciones de los antiguos sabios musulmanes.